Se ha puesto de moda en muchos círculos de arquitectura declarar la muerte del dibujo. ¿Qué le pasó a nuestra profesión, y a nuestro arte, para causar el supuesto fin de nuestro medio más contundente para conceptualizar y representar la arquitectura? La computadora, por supuesto. Con su tremenda capacidad para organizar y presentar datos, la computadora está transformando todos los aspectos relacionados con el trabajo de los arquitectos, desde abocetar las primeras impresiones de una idea hasta crear complejos documentos de construcción para los contratistas. Durante siglos, el sustantivo “dígito” (del latín, “digitus”) se definió como “dedo”, pero ahora su forma adjetival, “digital”, se relaciona con datos. ¿Nuestras manos se están volviendo obsoletas como herramientas creativas? ¿Están siendo reemplazadas por máquinas? ¿Y dónde deja eso al proceso creativo arquitectónico?
En la actualidad, los arquitectos normalmente utilizan el software de diseño asistido por computadora con nombres como AutoCAD y Revit, una herramienta para “modelado de información para la edificación”. Los edificios ya no sólo se diseñan visual y espacialmente; se “computarizan” a través de bases de datos interconectadas.
Ejerzo la arquitectura desde el año 1964, y mi estudio no está inmunizado. Como la mayoría de los arquitectos, en nuestra rutina usamos éste y otros programas de software, especialmente para los documentos de obra, pero también para desarrollar diseños y hacer presentaciones. No es algo intrínsecamente problemático, salvo que sea sólo eso.
Por muy impresionante que llegue a ser la tecnología, la arquitectura no puede divorciarse del dibujo. Los dibujos no son únicamente productos finales: son parte del proceso de pensamiento del diseño arquitectónico. Los dibujos expresan la interacción de nuestras mentes, ojos y manos. Esta última aseveración es absolutamente crucial respecto de la diferencia entre los que dibujan para conceptualizar la arquitectura y los que usan la computadora.
Por supuesto, en ciertos aspectos, el dibujo no está muerto: hay un enorme mercado para el trabajo original de arquitectos respetados. He tenido varias muestras individuales en galerías y museos de Nueva York y otras partes, y mis dibujos figuran en las colecciones del Metropolitan Museum of Art, del Museo de Arte Moderno y del Cooper-Hewitt. ¿Puede, empero, el valor de los dibujos ser el de un objeto de colección o una linda imagen? No. Al hacer cada dibujo, tengo un verdadero propósito, ya sea recordar o estudiar algo. Cada uno es parte de un proceso y no un fin en sí mismo. Personalmente, no sólo me siento fascinado por qué deciden dibujar los arquitectos sino por aquello que deciden no dibujar.
Llevo décadas afirmando que el dibujo arquitectónico puede dividirse en tres tipos a los que yo llamo: el “boceto referencial”, el “estudio preparatorio” y el “dibujo definitivo”. El dibujo definitivo, el último y más desarrollado de los tres, en la actualidad es casi universalmente producido en la computadora, y está bien. Pero, ¿y los otros dos? ¿Qué valor tienen en el proceso creativo? ¿Qué pueden enseñarnos?
El boceto referencial sirve como diario visual, un registro de los descubrimientos que hace un arquitecto. Puede ser tan simple como una anotación taquigráfica de un concepto de diseño o puede describir detalles de una composición más grande. Podría inclusive no ser un dibujo relacionado con un edificio o un momento en la historia. Es probable que no represente la “realidad”, sino que más bien capture una idea.
Estos bocetos son, por ende, intrínsecamente fragmentarios y selectivos. Cuando dibujo algo, lo recuerdo. El dibujo sirve para recordarme la idea que me llevó a registrarla en primer lugar. Esa conexión visceral, ese proceso de pensamiento, no puede ser replicado por una computadora.
El segundo tipo de dibujo, el estudio preparatorio, forma parte normalmente de una progresión de dibujos que elaboran un diseño. Al igual que el boceto referencial, puede no reflejar un proceso lineal. (El diseño asistido por computadora me parece mucho más lineal.)
A mí personalmente me gusta dibujar en papel de calcar amarillo, que me permite ir superponiendo por capas un dibujo sobre otro, tomando como base lo que dibujé antes y, como dije antes, crear una conexión emocional personal con el trabajo.
Hay cierto goce en la creación de estos dos tipos de dibujo que deriva de la interacción entre la mente y la mano. Esas interacciones físicas y mentales con los dibujos constituyen actos formativos. En un dibujo hecho a mano, ya sea en una tableta electrónica o sobre papel, hay entonaciones, huellas de intenciones y especulación. No se diferencia mucho de la forma en que un músico puede entonar una nota o en que entendemos subliminalmente una improvisación de jazz y nos hace sonreír.
Encuentro que esto difiere mucho del “diseño paramétrico” actual, que permite a la computadora generar la forma a partir de una serie de instrucciones, lo cual deriva a veces en la llamada arquitectura amorfa. Los diseños son complejos e interesantes a su manera, pero les falta el contenido emocional de un diseño surgido de la mano.
Hace unos años, estaba sentado en una reunión de docentes bastante aburrida en Princeton. Para pasar el tiempo, saqué mi bloc para empezar a dibujar un plano, probablemente de algún edificio que estaba diseñando. Un colega igualmente aburrido me miraba, divertido. Llegué a un punto de indecisión y le pasé el bloc. Agregó unas líneas y me lo devolvió.
Empezó el juego. Seguimos para acá y para allá, dibujando cinco líneas cada uno, después cuatro y así sucesivamente.
Aunque no hablábamos, compartíamos un diálogo sobre ese plano y nos entendíamos perfectamente. Supongo que habríamos podido mantener un debate así con palabras, pero habría sido enteramente distinto. Nuestro juego no tenía ganadores o perdedores, se refería a un lenguaje compartido. Sentíamos un amor genuino por hacer ese dibujo. Había una insistencia, a través del acto de dibujar, en que la composición se mantuviera abierta, que la especulación siguiera “húmeda” en el sentido de una pintura. Nuestro plano no tenía escala y lo mismo podíamos estar dibujando fácilmente un inmueble doméstico como una parte de la ciudad. El acto de dibujar era lo que nos permitía especular.
Mientras trabajo con mis estudiantes y mis empleados, todos muy avezados en informática, noto que algo se perdió cuando dibujan solamente en la computadora. Es análogo a escuchar las palabras de una novela leída en voz alta, cuando leerlas en papel nos permite soñar un poco, hacer asociaciones más allá de las frases literales en la página. Del mismo modo, dibujar a mano estimula la imaginación y nos permite especular sobre ideas, un buen signo de que estamos verdaderamente vivos.
En la actualidad, los arquitectos normalmente utilizan el software de diseño asistido por computadora con nombres como AutoCAD y Revit, una herramienta para “modelado de información para la edificación”. Los edificios ya no sólo se diseñan visual y espacialmente; se “computarizan” a través de bases de datos interconectadas.
Ejerzo la arquitectura desde el año 1964, y mi estudio no está inmunizado. Como la mayoría de los arquitectos, en nuestra rutina usamos éste y otros programas de software, especialmente para los documentos de obra, pero también para desarrollar diseños y hacer presentaciones. No es algo intrínsecamente problemático, salvo que sea sólo eso.
Por muy impresionante que llegue a ser la tecnología, la arquitectura no puede divorciarse del dibujo. Los dibujos no son únicamente productos finales: son parte del proceso de pensamiento del diseño arquitectónico. Los dibujos expresan la interacción de nuestras mentes, ojos y manos. Esta última aseveración es absolutamente crucial respecto de la diferencia entre los que dibujan para conceptualizar la arquitectura y los que usan la computadora.
Por supuesto, en ciertos aspectos, el dibujo no está muerto: hay un enorme mercado para el trabajo original de arquitectos respetados. He tenido varias muestras individuales en galerías y museos de Nueva York y otras partes, y mis dibujos figuran en las colecciones del Metropolitan Museum of Art, del Museo de Arte Moderno y del Cooper-Hewitt. ¿Puede, empero, el valor de los dibujos ser el de un objeto de colección o una linda imagen? No. Al hacer cada dibujo, tengo un verdadero propósito, ya sea recordar o estudiar algo. Cada uno es parte de un proceso y no un fin en sí mismo. Personalmente, no sólo me siento fascinado por qué deciden dibujar los arquitectos sino por aquello que deciden no dibujar.
Llevo décadas afirmando que el dibujo arquitectónico puede dividirse en tres tipos a los que yo llamo: el “boceto referencial”, el “estudio preparatorio” y el “dibujo definitivo”. El dibujo definitivo, el último y más desarrollado de los tres, en la actualidad es casi universalmente producido en la computadora, y está bien. Pero, ¿y los otros dos? ¿Qué valor tienen en el proceso creativo? ¿Qué pueden enseñarnos?
El boceto referencial sirve como diario visual, un registro de los descubrimientos que hace un arquitecto. Puede ser tan simple como una anotación taquigráfica de un concepto de diseño o puede describir detalles de una composición más grande. Podría inclusive no ser un dibujo relacionado con un edificio o un momento en la historia. Es probable que no represente la “realidad”, sino que más bien capture una idea.
Estos bocetos son, por ende, intrínsecamente fragmentarios y selectivos. Cuando dibujo algo, lo recuerdo. El dibujo sirve para recordarme la idea que me llevó a registrarla en primer lugar. Esa conexión visceral, ese proceso de pensamiento, no puede ser replicado por una computadora.
El segundo tipo de dibujo, el estudio preparatorio, forma parte normalmente de una progresión de dibujos que elaboran un diseño. Al igual que el boceto referencial, puede no reflejar un proceso lineal. (El diseño asistido por computadora me parece mucho más lineal.)
A mí personalmente me gusta dibujar en papel de calcar amarillo, que me permite ir superponiendo por capas un dibujo sobre otro, tomando como base lo que dibujé antes y, como dije antes, crear una conexión emocional personal con el trabajo.
Hay cierto goce en la creación de estos dos tipos de dibujo que deriva de la interacción entre la mente y la mano. Esas interacciones físicas y mentales con los dibujos constituyen actos formativos. En un dibujo hecho a mano, ya sea en una tableta electrónica o sobre papel, hay entonaciones, huellas de intenciones y especulación. No se diferencia mucho de la forma en que un músico puede entonar una nota o en que entendemos subliminalmente una improvisación de jazz y nos hace sonreír.
Encuentro que esto difiere mucho del “diseño paramétrico” actual, que permite a la computadora generar la forma a partir de una serie de instrucciones, lo cual deriva a veces en la llamada arquitectura amorfa. Los diseños son complejos e interesantes a su manera, pero les falta el contenido emocional de un diseño surgido de la mano.
Hace unos años, estaba sentado en una reunión de docentes bastante aburrida en Princeton. Para pasar el tiempo, saqué mi bloc para empezar a dibujar un plano, probablemente de algún edificio que estaba diseñando. Un colega igualmente aburrido me miraba, divertido. Llegué a un punto de indecisión y le pasé el bloc. Agregó unas líneas y me lo devolvió.
Empezó el juego. Seguimos para acá y para allá, dibujando cinco líneas cada uno, después cuatro y así sucesivamente.
Aunque no hablábamos, compartíamos un diálogo sobre ese plano y nos entendíamos perfectamente. Supongo que habríamos podido mantener un debate así con palabras, pero habría sido enteramente distinto. Nuestro juego no tenía ganadores o perdedores, se refería a un lenguaje compartido. Sentíamos un amor genuino por hacer ese dibujo. Había una insistencia, a través del acto de dibujar, en que la composición se mantuviera abierta, que la especulación siguiera “húmeda” en el sentido de una pintura. Nuestro plano no tenía escala y lo mismo podíamos estar dibujando fácilmente un inmueble doméstico como una parte de la ciudad. El acto de dibujar era lo que nos permitía especular.
Mientras trabajo con mis estudiantes y mis empleados, todos muy avezados en informática, noto que algo se perdió cuando dibujan solamente en la computadora. Es análogo a escuchar las palabras de una novela leída en voz alta, cuando leerlas en papel nos permite soñar un poco, hacer asociaciones más allá de las frases literales en la página. Del mismo modo, dibujar a mano estimula la imaginación y nos permite especular sobre ideas, un buen signo de que estamos verdaderamente vivos.
Michael Graves
Publicado en suplemento ARQ Clarin 07/09/2012Original en ingles TNYT 02/09/2012
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Publicamos el relevamiento grafico sobre las areas de intervencion para la realizacion del Trabajo Practico de Metamorfosis. Las áreas propuestas son indicativas y podran agregarse otras dentro del predio del CUR que a criterio del alumno presenten condiciones alternativas a las propuestas y resulten pertinentes para el desarrollo del ejercicio, debidamente acompañadas con el correspondiente análisis y justificación.
Planos CAD
Vistas Aereas
Vistas Peatonales
EJERCICIO Nº 3 - TRONCAL 2º cuatrimestre:
CONJUNTO DE VIVIENDAS EN CONTACTO CON EL SUELO.
INTRODUCCION
Se proyectará un conjunto de viviendas cuya característica principal radica en que la mayoría de sus unidades o células estarán en contacto con el suelo, contando cada una con patio privado. El conjunto responderá a estándares de calidad de vida que superan los habituales de los planes oficiales y de la vivienda individual urbana, retomando la idea de la casa con patio, como ámbito aglutinante, que articula tanto las relaciones espaciales del proyecto como las vivenciales de la familia. Cada conjunto dispondrá de espacios abiertos de uso común (EAC), concebidos como ámbitos de mediación entre la calle y las unidades de vivienda, los cuales posibilitarán los accesos, los movimientos y el esparcimiento de sus usuarios. Consideramos a este tipo de conjuntos como una modalidad alternativa para el hábitat urbano, en tanto propuesta intermedia entre la vivienda unifamiliar y el edificio de departamentos en propiedad horizontal que ofrece el mercado, la que además, presenta ventajas de habitabilidad, privacidad, asoleamiento y relación con el entorno.
LUGAR:
Se adoptan terrenos pertenecientes a la trama urbana tradicional, en áreas de Rosario. Se trata de parcelas de suelo, factibles de ser desarrolladas para esta modalidad de ocupación tanto en términos reglamentarios como comerciales. La mayoría de los casos elegidos, resultan del englobamiento de dos o más parcelas. Su conformación puede responder a las siguientes modalidades:
1- terreno pasante recto, con salida por dos calles consecutivas paralelas; 2- pasante en forma de L con salida a dos calles que se cruzan; 3- en esquina; y 4- entre medianeras.
TECNOLOGIA
El sistema constructivo a emplear será el de muros portantes. Éste, introduce pautas de diseño específicas que deben ser comprendidas y consideradas, a fin de operar proyectualmente con ellas, sin necesidad de quebrarlas o desvirtuarlas. Por el contrario, dichas pautas deben ser abordadas como un “patrón ordenador y regulador” del proyecto, que potencie los aspectos del mismo.
DESARROLLO
Las instancias del proceso proyectual asumidas y recomendadas son:
1. Reconocimiento del problema y formulación de un esquema preliminar del conjunto.
2. Propuesta general de conjunto a partir de la adopción de células - tipo.
3. Desarrollo de los aspectos constructivos y formales de las unidades de vivienda. Ajuste definitivo de las células.
4. Revisión y relato gráfico del proyecto.
Para abordar estas etapas, se proponen un conjunto de operaciones teórico - proceduales denominadas FASES DE ESTRUCTURACION, que permiten definir con claridad los temas, elementos y herramientas pertinentes para cada momento del proceso proyectual.
BIBLIOGRAFÍA INICIAL
1. Clase 1
2. Clase 2
DESCARGAR COMPLETO
TERRENOS
CONJUNTO DE VIVIENDAS EN CONTACTO CON EL SUELO.
INTRODUCCION
Se proyectará un conjunto de viviendas cuya característica principal radica en que la mayoría de sus unidades o células estarán en contacto con el suelo, contando cada una con patio privado. El conjunto responderá a estándares de calidad de vida que superan los habituales de los planes oficiales y de la vivienda individual urbana, retomando la idea de la casa con patio, como ámbito aglutinante, que articula tanto las relaciones espaciales del proyecto como las vivenciales de la familia. Cada conjunto dispondrá de espacios abiertos de uso común (EAC), concebidos como ámbitos de mediación entre la calle y las unidades de vivienda, los cuales posibilitarán los accesos, los movimientos y el esparcimiento de sus usuarios. Consideramos a este tipo de conjuntos como una modalidad alternativa para el hábitat urbano, en tanto propuesta intermedia entre la vivienda unifamiliar y el edificio de departamentos en propiedad horizontal que ofrece el mercado, la que además, presenta ventajas de habitabilidad, privacidad, asoleamiento y relación con el entorno.
LUGAR:
Se adoptan terrenos pertenecientes a la trama urbana tradicional, en áreas de Rosario. Se trata de parcelas de suelo, factibles de ser desarrolladas para esta modalidad de ocupación tanto en términos reglamentarios como comerciales. La mayoría de los casos elegidos, resultan del englobamiento de dos o más parcelas. Su conformación puede responder a las siguientes modalidades:
1- terreno pasante recto, con salida por dos calles consecutivas paralelas; 2- pasante en forma de L con salida a dos calles que se cruzan; 3- en esquina; y 4- entre medianeras.
TECNOLOGIA
El sistema constructivo a emplear será el de muros portantes. Éste, introduce pautas de diseño específicas que deben ser comprendidas y consideradas, a fin de operar proyectualmente con ellas, sin necesidad de quebrarlas o desvirtuarlas. Por el contrario, dichas pautas deben ser abordadas como un “patrón ordenador y regulador” del proyecto, que potencie los aspectos del mismo.
DESARROLLO
Las instancias del proceso proyectual asumidas y recomendadas son:
1. Reconocimiento del problema y formulación de un esquema preliminar del conjunto.
2. Propuesta general de conjunto a partir de la adopción de células - tipo.
3. Desarrollo de los aspectos constructivos y formales de las unidades de vivienda. Ajuste definitivo de las células.
4. Revisión y relato gráfico del proyecto.
Para abordar estas etapas, se proponen un conjunto de operaciones teórico - proceduales denominadas FASES DE ESTRUCTURACION, que permiten definir con claridad los temas, elementos y herramientas pertinentes para cada momento del proceso proyectual.
BIBLIOGRAFÍA INICIAL
1. Clase 1
2. Clase 2
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